El Museo Nacional de Arte Antiguo, Arte e Historia

Texto inédito escrito en portugués por António Filipe Pimentel, para sieteLisboas. Pimentel es el director del Museu Nacional de Arte Antiga (MNAA).

Fotografía de la fachada principal del MNAA, cedida a sieteLisboas.

Fotografía de la fachada principal del MNAA, cedida a sieteLisboas.

El perfil recortado de un vasto edificio entre las casas de la vieja ciudad -formado por el orden compuesto del Palácio dos Condes de Alvor (siglo XVI), por el desaparecido Convento carmelita de Santo Alberto (del cual se conserva la capilla) y por el cuerpo historicista añadido a mediados del siglo XX- alberga el Museu Nacional de Arte Antiga (Museo Nacional de Arte Antiguo -MNAA-), que es el principal museo portugués y una de las grandes instituciones europeas de referencia. Con una historia más que centenaria, por remontarse a 1884, su acervo se formó, en su mayor parte, a partir de las colecciones reales y de los fondos artísticos de los conventos y monasterios extinguidos en 1834. Enriquecido desde entonces con adquisiciones propias y con generosas donaciones. Más de 40.000 obras (de las cuales, una décima parte se exhibe en las 80 salas que lo constituyen), incluyendo grandes tesoros nacionales y obras maestra del Arte mundial, demuestran la compleja aventura de la Historia del Arte y del gusto, desde la Edad Media hasta el inicio de la Contemporánea.

Entre tantos otros, gozan del favor del público: el célebre tríptico de Jheronimus Bosch, Las Tentaciones de San Antón; el San Jerónimo de Albrecht Dürer; las obras de Piero della Francesca; de los Della Robbia; de Tiepolo, de Zurbarán, de Van Dyck, entre muchos otros. Es naturalmente el Arte portugués el que presenta, en la colección del MNAA, sus piezas más emblemáticas, algunas de las cuales entrando además en el ámbito de un patrimonio afectivo forjado en los últimos siglos, que las eleva a la condición de símbolos mayores de Portugal. Al extraordinario retrato colectivo plasmado en los Painéis de São Vicente y a la prodigiosa técnica de la Custódia de Belém, en oro y esmaltes, se suma un conjunto imponente de Pintura del siglo XV, las colecciones de Escultura, de Cerámica, de Mobiliario, de Orfebrería y Joyería, en cantidades y calidad únicas, representando las épocas del pasado portugués y sus respectivas expresiones plásticas.

De su acervo, singular en todos los sentidos, resalta el valioso testimonio de las interacciones culturales construidas a lo largo de la gran empresa de las navegaciones oceánicas. Los dos célebres pares de Biombos Namban, tal vez sean el ejemplo más elocuente porque están arraigados, del modo más fascinante, a esos momentos asombrosos en los que, hace cinco siglos, los galeones portugueses llegaban a los puertos de Japón, rompiendo con el peculiar antiguo aislamiento oriental, para arribar después a los muelles lisboetas, cargados de un lujo inédito, que sería consumido y codiciado en toda Europa. Pero muchas otras obras sensacionales cabrían en la categoría a la que se acordó llamar Artes de Expansão, como la gran colección de marfiles o de cerámica china, así como las producciones sincréticas de los talleres africanos, en los que se trabajaba sobre modelos europeos interpretados de manera original.

También el papel normativo del MNAA en la definición de buenas prácticas museológicas (conservación y seguridad, museografía, comunicación, divulgación) le asegura un lugar relevante entre los museos portugueses, al mismo tiempo que, por naturaleza, se constituye como la principal interfaz nacional en el plano de las relaciones museográficas internacionales. Intercambio de obras, recepción de especialistas, exposiciones itinerantes o colaboraciones de investigación otorgan al museo una visibilidad destacada, a la vez que permite un conocimiento añadido acerca de las obras que conserva. Un ambicioso programa de exposiciones, acompañado de la edición juiciosa de catálogos y guías multilingües, ha sido compartido con otros grandes museos extranjeros, consagrando definitivamente esta opción estratégica con evidentes ganancias científicas y de visitantes.

Lugar de estudio y conocimiento, el MNAA constituye también un extraordinario oasis de contemplación y recogimiento en el medio del bullicio urbano. Un apacible jardín asomado al Tajo es un atractivo complemento a la visita de las colecciones, evocando la condición aristocrática de la antigua casa noble y añadiendo un importante incentivo por el usufructo prolongado del cielo luminoso de Lisboa.

Datos de interés:

Para más información en castellano sobre el museo, la dirección, los horarios, etcétera, pinchar aquí.

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