Los jacarandás de Lisboa
Texto inédito escrito en portugués por Ireneia Melo, para sieteLisboas. Melo trabaja en el Museu Nacional de História Natural e da Ciência (Museo Nacional de Historia Natural y de la Ciencia -MUHNAC-), de la Universidad de Lisboa.
Es en mayo cuando, más tarde o más temprano, algunas de las calles, de las plazas y de los jardines de Lisboa se ‘despiertan’ vestidas de azul, y los culpables son los jacarandás.
Jacaranda mimosifolia: árbol de origen suramericano, que se conoce por el mismo nombre en casi todo el mundo. Jacaranda es la versión latina moderna del nombre indígena tupí-guaraní, mientras que mimosifolia hace referencia a las hojas compuestas por muchos folíolos, parecidos a las hojas del género Mimosa.
Los jacarandás son árboles de pequeño porte, de hasta 15 metros de altura, elegantes, con la copa poco frondosa y de hoja caduca en invierno. Sus flores, muy vistosas, de color azul-amoratado y en forma de campana, están dispuestas en panículas terminales que dan origen a los frutos: unas cápsulas secas que, cuando se abren, recuerdan a las castañuelas y dejan escapar numerosas semillas con alas.
Se trata de un árbol adecuado para las ciudades, dada su resistencia a la polución moderada y a una gran parte de enfermedades.
Su presencia en el paisaje urbano lisboeta se debe a Félix de Avelar Brotero, quien la introdujo en el Real Jardim Botânico da Ajuda cuando fue su director (1811-1828). Poco después la planta traspasaría los muros de este jardín y conquistaría la ciudad de Lisboa.